lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Carro sin placa no anda?

Sobre esa agarrada de culo...

El culo siempre será territorio prohibido en el mandato de sexualidad de hombres heteronormados. En la cartografía corporal es un lugar que debe ser oculto, no tocado, salvo en esos momentos de absoluta intimidad individual: el baño, luego de defecar. Varios rituales van reafirmando la clausura del culo en el cuerpo de hombres heterosexuales, ¿recuerdan el juego carro sin placa no anda? Una defensa a ultranza por evitar que te toquen el culo, y si te lo dejabas tocar recibías doble castigo, el moral porque pecabas de marico y el físico: "patadas por ese culo". El placer está heteronormado, en hombres el placer sólo depende de la erección, penetración y eyaculación, sin obviar la estimulación oral proveniente de una mujer- claro está-.  ¿Y qué pasa cuando el placer está allí, en el culo?  Comienza la sanción nuevamente, y para muestra no olvidemos como es recordado el famoso actor  Jorge Reyes. Es precisamente Por esto, por la aversión al “culo” que genera tanto ruido la escena donde un Pablo Pérez- el candidato maracucho- le da un apretón de nalgas a otro hombre delante de un acto politico\ religioso en conmemoración ante la Virgen de la chinita. Luego de esto, toda una movilización mediática para cuestionar moralmente  aquel hecho “vulgar” de homoerotismo y hosexualidad que realiza un candidato presidencial.
 
¿Qué hay entre líneas? La homofobia de un Estado –algunos voceros oficiales- que defiende la moral católico\burguesa. - Sí, esto es el inciso, necesario, somos revolucionarixs, y por ello creemos en la transformación-, 
Y no se trata de defender al fulano Pablo, sino entender que los argumentos asumidos desde la Revolución defienden la idea que Dios creó al hombre y a la mujer para que se amaran, desde las redes sociales y voceros del chavismo se esbozaban comentarios escandalosos ante la afectividad y erotismo entre personas del mismo sexo. ¿Qué pasaría si esta acción de homoerotismo y afectividad entre hombres ocurriera en las filas del oficialismo? ¿Qué pasaría si un candidato o candidata presidencial se asumiera públicamente como homosexual?

La discusión va más allá de los mitos del culo, el escándalo generado por alguien que está bajo los efectos del alcohol realiza prácticas “homosexuales” –párenle a las comillas”. La discusión se centra en: si sobre un hombre, blanco, adinerado, de la oligarquía marabina, candidato a presidente “aparentemente heteroxexual” recae sobre él todo el peso de burla y es señalado por el dedo de la moralidad. ¿Qué queda para jóvenes, mujeres, negros, negras, pobres, patas en el suelo, sexogenero-diversxs que transitan por las calles y se someten a las miradas prejuiciadas de una moral Católica? Qué queda para jóvenes, mujeres, hombres sexogenerodiversos, que son botadxs de sus casas, que son chalequeadxs en el liceo, en la escuela, y son excluidxs, de la educación del sistema laboral, por su orientación sexual y de género?

Una revolución que se escandaliza con el “culo”, se escandaliza con lo íntimo, con aquello que se oculta, que se esconde, con las heces, con lo que nadie desea, con lo que apesta para esta sociedad, es una revolución pacata, iluminada por las luces del catolicismo y la moral Burguesa, que esconde, lo burdo, lo feo, lo espurio y lo que no aparece en la biblia.




Un famoso pensador ruso Mikhail Bakhtin señalaba que lo cómico está asociado siempre a lo material y no a lo espiritual.  Si se asocia esta relación con el cuerpo humano “la parte de arriba – representa los pensamientos, lo espiritual, la moral, los sentimientos por carecer de peso se ubica en esta parte superior del cuerpo, y  en la parte de abajo se encuentra “lo material”. Asì en el ser humano, la cabeza, sede del pensamiento, se halla arriba mientras que las partes materiales y más asociadas a la tierra, como son el vientre, el sexo o el culo se encuentran abajo. La dimensión social y cultural de poder mantienen esta distribución: arriba, dominando está la moral de los poderosos/as –generalmente hombre heterosexuales-, y subordinada está el cuerpo, normado, disciplinado hetero-domesticado.

Sin Verguenzas
Hombres Contra el Machismo

sábado, 8 de octubre de 2011

Entonces soy un criminal...

El aborto también es mi peo.


Listo. Conseguí la fulana Citotec (no se como se escribe) tampoco importa. ”Si señor, tengo  gastritis.”, le dije al farmaceuta ante sus preguntas capciosas.  Récipe mata todo, él sabía el uso de la pastilla. Comenzamos. Ella era la valiente, yo el cobarde que la asistía. Pero éramos dos: una pastilla cada tanto, vía oral. Desesperada introduce una vía vaginal. Ella angustiada, yo paralizado. Ella actuaba y yo contemplaba.

No teníamos información segura en la maraña 2.0, o al menos la desesperación nos hacía verlo así. No estaba en las calles el anuncio que dice “aborto seguro”. No había una amiga libre de prejuicios morales que nos prestara su casa; y la tía que te daba rial para ir a conciertos o comprar condones, tampoco estaba. En mi cuenta no estaban los 5 mil bolos fuertes para pagar un médico en el centro comercial en Valle (médico que, por cierto, se graduó en una universidad pública, convencido que las interrupciones de embarazo es un buen negocio mientras sea un castigo público). No había nada, solo la temerosa decisión de hacerlo.
No nos cuidamos. Pero no es menos cierto que las pastillas son caras, los condones igual. Este es el momento que sale alguien y dice: “si usted va a un centro de salud y le dan tus buenas  pastillas y tus  buenos condones” – en tono de mamá regañona-. Probablemente, pero hay un “no se qué” que nos aleja de la terrible experiencia de ver esa mueca moralista  de  la enfermera que generalmente te dice: “no hay”.
Era una decisión de dos, pero más de ella que mía. “No tenemos, joven” era la respuesta mas frecuente. Farmacia tras farmacia y un silencio incómodo tras cada “no hay”. Mi compañera en ese momento más angustiada que yo. El zapping es el peor amigo en aquellos momentos, cada grito publicitario recordaba la unión inoportuna de un espermatozoide y un óvulo. Y decidimos que no podíamos seguir pasando por ese momento. Había que interrumpir ese proceso.

Comenzó a sangrar. La veía débil, no quería seguir en mi casa para que nadie sospechara o se dieran cuenta. Salimos de la incomodidad que genera hacer las cosas a escondidas. “Quiero ir al baño” -me dice, con expresión de dolor en su rostro- y fue allí en el Centro Comercial  el Recreo donde quedaron los restos, pero la incomodidad aún seguía.
“Llévame a un hospital”. La notaba muy pálida, con sudoración. Ganas de llorar no me faltaban, pero mostrar debilidad ante un acto de fortaleza por parte de ella no era lo más conveniente.  Al Clínico nos fuimos sin pensarlo mucho. 7 pm y una emergencia repleta de todos aquellos casos  “ilegales” pero blindados por la autonomía universitaria. (Para algo debe servir esa fulana autonomía).
“Tiene mucho dolor de vientre y está sangrando”-le digo al vigilante. “Mmju” –respondió- amuñuñó la boca, arrugó la ceja y murmuró: “Ese cuento ya me lo se. Sólo ella puede pasar, esa es un área de mujeres. Usted espere acá afuera”. Una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas. Estoy seguro que ella  ni fuerzas para enviar un mensaje tenía. La desesperación aumentaba en tanto pasaban las horas y no recibía respuesta. “Me van hacer un curetaje” –me dijo. Semejante nombre sólo podía causar más miedo y más angustia. El  vigilante insistía en negarme el paso, hasta que le di los últimos 50 bolos que tenía.


“Ella está en observación, se indujo un aborto. No la puedes ver. Ven mañana” -dijo el médico de guardia. 8 am, el mismo vigilante con un saludo de caballo (ese saludo que implica un movimiento de cabeza) me deja entrar. En el rincón de la sala de maternidad desnuda en una camilla metálica sin tender estaba ella. Rodeada de todas aquellas miradas acusadoras algunas que decidieron ser madres y otras que seguramente en algún momento interrumpieron un embarazo no deseado. “Me quiero ir” –me dijo, aún con efectos de la anestesia. El médico de turno condenó la salida y nos hizo firmar un acta de responsabilidad: pulgar izquierdo, pulgar derecho, de ella, y míos. “Cómplice de un aborto inducido”- así escribió en el acta.  Cerró la sentencia con un sello institucional  de hora y  fecha y aquel sonido peculiar que produce el choque del sello con el escritorio.
Criminalizado por decidir no ser padre, al menos en ese momento.  Criminalizada ella por decidir no ser madre y por decidir sobre su cuerpo. Criminalizado moralmente porque la acompañaba a comprar las “pastillas de la decisión” y por no querer reforzar esa actitud masculina que en las relaciones de pareja nos da “poder”,  en las prácticas sexuales,  y nos separa a los hombres de  la esfera de la reproducción como esfera netamente femenina. Y es que la reproducción va más allá de la capacidad biológica de “concebir”, atraviesa por decisiones en la esfera de las prácticas sexuales: “campo de acción” donde se evidencia pugnas de poder entre géneros, y me refiero a la poca o inexistente negociación en el uso de los métodos de protección, anticoncepción,  que en última instancia vulnera la salud de las mujeres, y nunca la nuestra. Es decir, los varones, si participamos, incidimos en decisiones reproductivas, muchas veces poniendo pautas y controlando las condiciones del encuentro sexual. Aunque nos cuesta reconocerlo: no nos gusta usar condón, avalamos el “coitus” y aplaudimos que las pastillas la “deben” tomar ellas. Aunque nos cueste reconocerlo el aborto, la interrupción del embarazo si nos inmiscuye.
No quise  asumir en aquel momento el rol asignado de “proveedor”, que nos obliga a ser “quien lleve la papa a casa” a como de lugar. Por eso, si decidir que no exista una boca más que alimentar, una mano de obra mas para el capital –bien sea de Estado o privado–, un organismo menos contaminado con alimentos genéticamente modificados, formulas lácteas, menos pañales desechables –no biodegradables–, me hace criminal. Entonces soy un criminal.
 Ver Revista Plomo
http://issuu.com/revistaplomo/docs/plomo3_hambredispareja/19

lunes, 26 de septiembre de 2011

De l@s que no están adentro





Se abrió la puerta. Entró el estudiante, entró el jubilado, el buhonero, el obrero, el sindicalista, el militante,  el pregonero, el campesino, el cultor, el artesano, el soñador, el comunicador, el grafitero, el rapero, el patinetero. ¿Están todos adentros? Aparentemente sí. Pero ha quedado, la señora de los bollos, un montón de gente  por fuera, la estudiante, la buhonera, la obrera, la sindicalista, la militante, la campesina, la cultora, la artesana, la soñadora, la comunicadora, la grafitera, la rapera, la patinetera.


También han quedado por fuera las prostitutas, l@s loc@s, l@s pres@s, l@s fe@s, l@s piedrr@s,  l@s trans, las lesbianas, l@s homosexuales, l@s pata en el suelo, l@s obes@s, l@s fumones, l@s desdentad@s,  la lumpen, quienes abandonaron los pupitres, quienes se rebuscan, y quienes pretenden la inclusión no sólo con la presencia en pantalla o en un afiche en el metro, o con el uso del “@”, que apuesta al mundo binario dividido sexualmente sólo entre hombre y mujer, y desconoce lo diverso y posibilidades otras de la expresión de la sexualidad y de género.


Y es que un discurso de inclusión maquilla lo feo, lo desviado, lo grosero, lo anarcoide y niega la potencialidad transgresora y transformadora. Y sólo se toma cuando la disidencia cuando está acomodada y conveniente, cuando  sus voces legítimas usan un discurso políticamente correcto, cuando el tippex hizo su trabajo en el documento antes de ser leído por el Sr con guayabera roja que habla de todos y a veces de todas.

Somos un “nosotr@s” ampliado que implica asumirnos como lesbianas, como homosexuales como trans, como pobre, como negr@s, como indígena, como cualquier ser humano en resistencia y no situarnos en el lugar de privilegio, sino en el lugar de l@s que no están adentro.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Calle 13: “Los de atrás vienen conmigo”

De cómo el cuerpo masculino  es símbolo de violencia...




La masculinidad tal como es entendida y practicada hegemónicamente en el mundo -por tanto, en Venezuela- es la construcción del hombre como ser dominante y violento. Ésta, en contra de lo que muchos podrían pensar, no forma parte de una decisión libremente escogida sino que como todo sistema de opresión se impone en el día a día. Del mismo modo la masculinidad no es una construcción mental, perteneciente al difuso, problemático y etéreo espacio de la conciencia, sino que en cambio pertenece al más profundo nivel material, el propio cuerpo. 

Y es justamente esto lo que resulta fundamental y que muchas veces es ignorado o soslayado en las discusiones sobre la formación de la subjetividad masculina, sobre el machismo o el patriarcado. Es el cuerpo el que ejerce la violencia y el que pasa por un proceso de construcción para ejercerla, en fin, el cuerpo violento del hombre no nace, se hace. 
El concierto del grupo urbano Calle 13, en la zona rental, fue una clara muestra de esto.
 
Es evidente que los conciertos -sobre todo cuando son gratuitos y de grupos con pegada en los sectores más amplios de la población- suelen ser una verdadera fiesta de locos. Las personas, saltan, sudan, se chocan, se gritan. Todos los cuerpos interactúan pero lo hacen desde los sistemas y relaciones sociales que les dan forma y por tanto a partir de las opresiones, desigualdades, etc. 

De tal manera no debe extrañarnos los procesos sociales que en el universo micro pueden vivirse en los conciertos y que refuerzas características de nuestra masculinidad -violenta y dominante-. Por ejemplo, los hombres más fuertes y grandes -o más valientes- guían las pequeñas procesiones de grupos que tratan de acercarse lo más posible al ídolo, lo cual supone que debe abrir espacio a empujones e insultos, fungiendo como figura protectora para el resto del grupo, la más de las veces integrados principalmente por mujeres, y que parece querer decir altaneramente “los de atrás vienen conmigo”. Y frente a esto, la masculinidad de otros hombres debe responder, por obligación: empujones de vuelta, codos arriba (lo que supone un gesto defensivo y facilita un buen golpe si hiciese falta), gritos respondiendo “¡No lo empujes que el pana no viene solo! ¡Cuidado y la tocas, marico! ¡Si tienes un peo conmigo me lo dices, mamagüebo!”, miradas ceñudas que se fijan larga y retadoramente en los ojos del otro. Existe toda una educación del cuerpo para que esto se produzca.


Esta educación es clara también en la relación de los cuerpos masculinos y femeninos (¿deberíamos decir masculinizados, feminizados?), los hombres avanzan con las mujeres cubiertas en un abrazo defensivo –codos de nuevo amenazadoramente altos-, las cubren con sus cuerpos, etc. 

La relación a lo interior de los cuerpos masculinos tiene también sus códigos. Grupos de hombres musculosos y sin camisa son el signo de cierta actitud amenazante y control espacial, su virilidad difícilmente aceptará ser puesta a prueba, le dicen al resto (autoridades, pacos, otros hombres) ven y critícame. 
 Todo esto como pequeños ejemplos de nuestra condición masculina y de machos. Sistema que se reproduce infinitamente, incluso en los conciertos. Pero queda la pregunta al final ¿Existe la posibilidad de relacionarnos de otro modo? ¿La masculinidad podrás ser otra cosa que esta relación violenta entre cuerpos?

“Conmigo vienen, vienen los de atrás (¡¡Duro!!)
 
Conmigo vienen, vienen los de atrás (¡¡Duro!!)

 
Si hay q peliar pues peleo con cuchillo
 
Pistola hasta con guantes de boxeo
 
y si salgo herido pues ni modo
 
para curar los golpes alcohol con yodo…
 
 
Caminando firme recto directo
 
sin arrodillarnos bien paraos erectos”…
 

domingo, 24 de julio de 2011

A propósito del fútbol




El futbol y el deporte en general han sido tierra fértil para reafirmar los valores y las represiones del “Ego machista” que nos domina. No se nos permite a los hombres llorar para no mostrar debilidad -a veces unas lágrimas tímidas  en la celebración de un gol están permitidas-,  Pero en la cara del técnico de la selección venezolana  ante el escenario público no lo está. Vimos a un  César Farias  que mostraba poca expresividad, una postura rígida  por el triunfo conseguido ante Chile. Frente las cámaras de Tv se notaba  un Farías “movido” por la emoción, por la euforia de la victoria. Pero al Director técnico de la selección le tocó “controlar” sus emociones, los gestos y la inflexión de su voz al declarar, es un mandato directo en la masculinidad en el fútbol y fuera de él: la dureza, la necesidad de imponerse y la corporalidad inflexible.  En el “éxito” y en el “fracaso”  nos apegamos al ABC de una masculinidad autorepresora.



Hay que reconocer  el esfuerzo y el gran papel que jugó el equipo venezolano en el campeonato Americano. Ante las expectativas del pueblo venezolano con el equipo nacional ¿Cómo se enfrenta el fracaso en el mundo del fútbol? La Copa América puede servirnos para encontrar una respuesta frente a esta interrogante. Por ejemplo,  Cesar Farias siempre tuvo un atenuante para amortiguar las sensaciones del “Fracaso”, en la derrota frente a Paraguay señaló: “Nos anularon un gol” (bien anulado) y “vinieron a provocarnos”,  (y respondimos como machos) esto deja en evidencia la responsabilidad que le demanda el “fracaso”  a los hombres, y la manera de asumirlo. Ante Perú, Farias declaró: “Perú tuvo un día más de preparación", volviendo poner las causas de la derrota sutilmente fuera de su responsabilidad. Todo esto es comprensible cuando nos encontramos en un mundo donde a los hombres se nos impone la necesidad del “éxito” y la renuncia total frente al “fracaso”, donde reconocer totalmente una “derrota” es asumir ser inferior frente al otro, por lo tanto, nos resta “hombría”, por esto como hombres  “debemos”  estar siempre preparados para irnos  las manos, para la demostración permanente del poder,  para siempre infundir respeto, en el campo, o fuera de él.  




            Diría Galeano: “La historia del fútbol es un viaje triste del placer al deber”  y la historia del hombre es un viaje dentro del estado de la represión, del deber infinito, de la demostración perenne de lo masculino, nos toca asumir el cambio por lo menos de la idea de lo masculino y  a propósito del futbol debemos pensar el campo como espacio de reproducción de los valores de un tipo dominante de masculinidad.

Por: juan Pablo Díaz


.....Y al Director técnico le tocó controlar las emociones



  

martes, 12 de julio de 2011

Y salimos a Marchar… Por la Sexogenerodiversidad



“El padre de Venezuela” se encapucha con la bandera del arcoiris. Ya retumbaban en mi cabeza posibles comentarios: “Es una falta de respeto”, ¿cómo se te ocurre burlarte de Bolívar? Estaba claro todo, la sexualidad de un Patriarca no se puede cuestionar, y mucho menos flexibilizar la rígida heterosexualidad construida en torno a la figura de Bolívar. Y encapuchamos a Bolívar con los colores de la diversidad.






¿Y por qué Bolívar no puede usar los colores del arcoìris?
La respuesta es simple, a 200 años de independencia, no hemos alcanzado la independencia de prejuicios y moralismos pacatos. A 200 años de independencia, 12 años de revolución las identidades  sexogenerodiversas no dejan de ser un estigma dentro de muchos grupos de la “Revolución”, -si, las comillas son intencionales-. Está claro, la heteronormatividad inducida, obligatoria no deja de ser un comodín para “desconocer lo diverso”. El moralismo y la hipocresía del Estado también lo es. Hay que evidenciar  el notable, válido y aceptable  apoyo y voluntad política  a  para la realización de la marcha “del orgullo gay”. Si, entiendo que no existe razón para estar orgullosxs, y que al hablar de “orgullo gay”, no incluye todas las identidades sexogenerodiversas, pero es el nombre con el que se le conoce a la marcha, y creo que pocxos lo cuestionan.



¿Por qué marchamos?

 Varios colectivos (Asdre, Divas de Venezuela, Sin Vergüenza, feministas F`s y M`s Por Ahora) Decidimos hacer unas pancartas y enfrentar desde un contra sentido  la marcha: “lo gay como mercancía”, la deuda del gobierno con la inclusión de la población sexogenerodiversa más allá de lo simbólico, sino en términos de derechos, sin reducir toda la lucha a un reformismo netamente legal, que obvio, es necesario, pero no lo único.  También marchamos por el hecho  de reconocer la heterosexualidad como parte de la sexogenorodiversidad, y ampliar la lucha por la inclusión. Porqué la heterosexualidad forma parte de la diversidad sexual...
Porque la heterosexualidad ha construido una frontera con sexualidades otras y se fundamente en reproducir una sexualidad obligatoria a través de la Lesbo-homo-transFOBIA, porque la heterosexualidad implica estar siempre en closet y negar manifestaciones que la contradigan,  porque la heterosexualidad obligatoria es hija del patriarcado y niega identidades otras.... sexualidades otras
Porque no nos da pena abrazar, caminar y luchar con y por la sexogenerodiversidad....






La política escarchada

“Yo no soy político, solo soy el animador”, gritaba quien dirigía la marcha en un camión dispuesto por el Gobierno Bolivariano. Y es que era un lugar común esta marcha, ocultar el acto político, reivindicativo y trasgresor de las identidades tras los coros de “La Gaga” y exóticos trajes con lentejuelas y plumas, a pesar que las voces roncas de los movimientos de izquierda entonaban consignas reivindicativas en la punta de la marcha.









“Gloria al bravo Pueblo”…  rimel, sudor y fervor

En “una sóla voz” se sintió el himno nacional. Con bemoles, con falsetes, y  voces toscas refinadas, voces finas agravada, simplemente voces sexogenerodiversas que copaban la Av. Universidad  y gritaban al llegar a la Asamblea nacional: “igualdad e inclusión”. Una igualdad medianamente reconocida en el Art 21 de la Constitución, pero no enunciada por el parlamento, por algún ministro o minista. ¿Qué piensa el gobierno sobre la sexogenerodiversidad? ¿Seguirá el silencio ante esta multitudinaria marcha? ¿Seguirán las políticas públicas heteronormadas?





La burriquita sì, Lady-Gaga, no

Alrededor del Bolívar (La estatua llena de pupú de palomas)una concentración bicentenaria, niños y niñas con trajes de patriotas, trova, tambores,  otra vez trova, la burriquita música popular y otra vez trova, se escuchaba en la Plaza del Casco histórico de Caracas. La  pancarta de Bolívar  encapuchado generaba incomodidad, la tolerancia llegó a un límite. La independencia  de los prejuicios ataca de nuevo. Un tumulto de personas se congregan alrededor de un grupo de chicxs trans que transitaban por la plaza con hot-pants, ligueros y atuendos cual Lady Gaga. Voces de repudio  y rechazo. El argumento: “acá hay niños y niñas”, “esa vestimenta no es adecuada para estar frente al Liberetador”. "los queremos, pero allá" (al margen de la plaza). ¿Es que acaso los hombres que bailaban la burriquita no estaban vestidos de mujer? ¿Es que acaso los niños y niñas no se ven invadidos por vallas publicitarias cerveza que “adornan” toda caracas? ¿Es que acaso el señor que pedía a gritos que se vayan las  trans de la plaza, no se ha tomado una cerveza en cuya lata hay una mujer casi desnuda, y seguramente lo ha hecho en presencia de una niña o niño? Hipocresía.


Caracas Bipolar

Por un lado la fiesta patriota… por otro lado coros de Madona, bailes eróticos y mucho maquillaje. ¿Alienación, enajenación, ante la industria cultural y el pop? no lo se. Es muy fácil juzgar pero no había ningún puente entre ambos mundos “el mundo bicentenario y el mundo del ¿hedonismo? (no me atrevo a calificar)”, y cuando personas “de aquel lado de la avenida” decidieron pasar a la Plaza Bolívar se encontraron con una trova que llena de mensajes revolucionarios, y con muchos gritos libertarios se  contradecían con algunas expresiones de repudio a la diversidad. Y es que la diversidad implica reconocer “la diversidad cultural”, una diversidad que no puede ser homogenizada sólo por las letras de Alí, Facundo, o La Cantera, el Tamunangue y la burriquita ¿Quién le canta a la sexogenerodiversidad? ¿Lloviznando canto? Si, ya se, el pop incomoda, “supuestamente aliena”,  y quien esté libre de Pop, y alienación que lance la primera cotufa. Basta de purismos  y esencialismos culturales (sin ánimos de rayar en el relativismo y en el todo vale)[1].



 Una avenida llena de identidades que se expresaron, que tomaron alcohol, se besaron, bailaron, gritaron consignas, al igual que cualquier otra marcha, pero con menos o más nivel de politización, pero lo cierto es que son (somos) personas diversas  que sienten (sentimos) y que pareciera que incomodara al gobierno hablar de políticas públicas que impliquen personas sexogenerodiversa, pareciera que en tiempos de revolución la revolución sexogenerodiversa, está en las calles,  en la cama, en la web,  en el callejón, en la mente y corazones de muchxs, pero no en la Asamblea, en las leyes,  ni en los discursos de Políticos y las Políticas (con “P” mayúscula) .


Yosjuan Piña Narváez
@erchos
Fotos: Federico Zaá









[1] Entiendo que detrás de la industria cultural está toda la maquinaria capitalista operando, que se crea identidades enlatadas, productos para vender, íconos que lucran a muchas trasnacionales. Lo sé, pero es reduccionista a estas alturas hablar de alienación, sin matices, subestimando la capacidad crítica  de quien consume un mensaje, de quien se apropia y lo re-semantiza y construye nuevos significados.

domingo, 19 de junio de 2011

¡Ni facho ni macho!

De cómo se puede ser marica y “socialista” a la vez
¡Ni facho ni macho!
 
 

Meses atrás, en uno de los tantos debates electrónicos que llegan a nuestras “bandejas de entradas”, pude leer cuatro (4) contundentes preguntas que desde un pensamiento de derecha se le hacían a un personaje militante de izquierda. Por más reconcomio que me produjo todo el correo y la intenciónalidad misma de las preguntas (cosa que tal vez nos pasa a tod@s cuando se nos cuestiona lo obvio), entendí la profunda necesidad de debatir esto con quién lo plantea y con quien aún ni siquiera lo ha considerado, pues todo lo que actualmente vivimos tiene la característica de ser tan nuevo como viciado. A continuación las preguntas a las que me refiero:
¿Cómo hacen los gays revolucionarios para obviar hechos contundentes como la exclusión de la discusión de nuestros derechos en el marco de la ley de equidad de género? ¿Qué es eso tan fuerte que los amarra a un líder que no los considera dignos de derechos civiles?
¿Cómo se defiende a un presidente que dice ante el mundo respecto a la homosexualidad “ni yo ni los venezolanos lo vemos bien”? ¿Cómo se defiende a un gobierno que es consistente con su homofobia, ahora expresada en el rechazo a la inclusión de la Comisión Internacional de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas (ILGHRC) en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC)?
Desde ese momento he sentido la necesidad de reflexionar y abrir un debate sobre esto, aportando algunas cuestiones que no pretenden responderlas, sino problematizarlas con elementos que creo son más pertinentes y necesarios para el momento histórico que vivimos. Utilizaré el término sexo-género diversidad (lesbianas, transgéneros, transexuales, travestis, intersexuales, bisexuales y homosexuales) para referirme a las personas que somos, expresamos y ejercemos una orientación sexual e identidad y/o expresión de género distinta a la norma heterosexual impuesta.
 En principio quiero plantear que todos y todas tenemos un lugar desde el que hablamos, pensamos y hacemos, y que nada en este mundo está dado por obvio y natural. La homo-lesbo-transfobia no escapa a esto. Como personas transgéner@s, lesbianas, homosexuales, bisexuales, intersexuales, entre otros, somos también revolucionari@s, trabajador@s, artistas, cultor@s populares, afrodescendientes, estudiantes y por tanto sujet@s polític@s de este proceso de revolución. Soñamos, peleamos y demandamos no un simple reconocimiento legal y un respeto diplomático que disfrace el prejuicio y el rechazo, queremos mucho más, pues como diría Gioconda Belli al referirse al 8 de marzo, ¡QUEREMOS FLORES!
· Queremos y luchamos por el derecho a una educación (sexual) libre de prejuicios religiosos para nuestros niños, niñas y adolescentes, que permitan brindar una formación sin odios, tabúes y fobias sobre las diversas orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género.
· Queremos y luchamos por el derecho a la no discriminación por orientación sexual e identidad de género, y reconocimiento en el Código Orgánico Procesal Penal (COPP) de los crímenes de odio por este motivo.
· Queremos y luchamos por el derecho de todas las persona a vivir una sexualidad placentera, responsable y libremente decidida y la capacidad de ejercer la orientación sexual e identidad y expresiones de género sin discriminación y en condiciones de igualdad
· Queremos y luchamos por el derecho de toda persona a portar un documento de identidad acorde a su identidad y expresión de género
· Queremos y luchamos por la prohibición de toda oferta de empleo emanada de instituciones públicas o privadas fundadas en discriminaciones por razones de sexo, edad, grupo étnico, apariencia física, orientación sexual e identidad de género que obstaculicen su acceso al empleo
· Exigimos el Reconocimiento legal de los derechos de las parejas del mismo sexo y las implicaciones que esto tiene en toda las dimensiones de la vida: derecho al acceso al patrimonio, derecho a créditos de vivienda, entre otras.
La discriminación por orientación sexual e identidad y/o expresión de género es algo que trasciende a cualquier individualidad, sea esta un líder político de relevancia mundial o no. Condenar a alguien por ser homofóbico no guarda mucha distancia con la condena que recibimos por ser maricos, pues la homosexualidad es tan natural en la sexualidad humana como la homofobia lo es en el sistema capitalista, un sistema que al final de cuentas condena todas las diferencia, de allí la importancia de reivindicar la diversidad.  ¿Es que acaso los hechos contundentes que nos excluyen y discriminan no están en todas partes? ¿En qué lugar del mundo nosotros y nosotras tenemos acceso real a derechos civiles PLENOS? ¿Acaso la oposición venezolana no es también homofóbica, al igual que la iglesia, el sistema educativo, los medios masivos de comunicación, la sociedad entera?
En los Estados Unidos (vísceras del capitalismo moderno y panacea de la diversidad sexual y de género para algun@s personas y colectivos) sectores conservadores de ultraderecha están arremetiendo contra los logros históricos que los movimientos por la liberación sexual e igualdad de género habían alcanzado, re-impulsando poderosas campañas mediáticas en detrimento de la comunidad sexo-género diversa, con el fin de facilitar la anulación de leyes que garantizaban derechos fundamentales para nosotros y nosotras en ese país. Se demuestra que los derechos civiles no son suficientes por si solos, pues se trata de simples reformas que dejan intacta la estructura opresora del sistema capitalista (un ejemplo es como los asesinatos de personas trans y demás crímenes de odio siguen estando a la orden del día en países con legislaciones incluyentes de la sexo-género diversidad como Argentina, España, Estados unidos, entre otros). Una ley, una reforma, un artículo o cualquier otra herramienta jurídica puede ser cambiada, derogada y eliminada por el gobierno y los dirigentes de turno. Cambiar las leyes sin cambiar el sistema no vale de nada. Venezuela no escapa a esta premisa (Gracias a las correciones y aportes de un compañero de lucha -Javier Véliz- pude conocer que el presidente del PP en España, Mariano Rajoy, ha insinuado que de llegar a la presidencia derogaría la ley que permite a las parejas del mismo sexo casarse en ese país)
En diferentes ocasiones denunciamos con horror y tristeza el asesinato de líderes campesinos sin prestar la mínima atención a las trabajadoras sexuales trans que matan en nuestras ciudades, considerando que estos últimos son hechos aislados que nada tienen que ver con procesos de resistencia y lucha al sistema hegemónico. Es necesario que comprendamos que la propiedad privada contra la que lucha el dirigente campesino opera en el mismo sentido que el control sobre nuestros cuerpos y deseos ante el cual se rebela una mujer transexual, el primero es al sistema capitalista lo que el segundo al sistema patriarcal, ambos dimensiones diferentes pero articuladas de la opresión. El nivel de conciencia y sistematicidad que tenga cada lucha no puede ser argumento para considerar que una tenga más mérito o virtud revolucionaria que otra, pues la trampa está en que el género, la sexualidad y el deseo han estado relegados a una dimensión intima de las individualidades que no tienen porque ser debatidas, entendidas ni defendidas en nuestros espacios de lucha.
No se trata pues, de defender ciegamente a un líder, sino de apoyarlo con conciencia, no se trata de obviar hechos contundentes, sino de ver más allá de la realidad que se nos presenta y comprender las relaciones de poder y opresión que no solo discrimina la sexo-género diversidad, sino todas las expresiones humanas existentes. Eximirnos de participar en un proceso transformador promovido por un gobierno que procura acabar con las relaciones de opresión por señalarlo de homofóbico, es pecar de ingenuidad e hipocresía.
Si de homofobia se trata es imposible que este gobierno sea condenado al ostracismo, pues las acciones deplorables que ha cometido solo se compensan por sus re-conocimientos y avances. De lo contrario cómo hubiese sido posible abrir un programa de atención médica desde el Ministerio del P.P. para las Comunas que contempla entrega gratuita de medicamentos, operaciones quirúrgicas de salud, programas de capacitación especial en los cursos que ofrece el INCES y resguardo básico de la comunidad trans en situación de calle en los centros de Negra Hipólita. Cómo decir que este gobierno es consistente en su homofobia cuando la propia Defensora del Pueblo, encabezó un Seminario Internacional de Formación en materia de diversidad sexual para FUNCIONARI@S PÚBLIC@S de todas las instituciones del Estado, desde la PN bolivariana hasta personal de instituciones como el IDENA, proceso que hizo posible la presencia de funcionarios de la Defensoría del Pueblo en la mal llamada “Marcha del Orgullo”. Cómo se puede ignorar los avances dados con este gobierno cuando en la reciente aprobación de las Leyes del Poder Popular fue incluida en su artículo 4 la “no discriminación por orientación sexual e identidad y/o expresión de género”. Esto, entre otros tantos logros.
 No existe una política de este gobierno abiertamente en contra del libre ejercicio de la diversidad sexual y las identidades y/o expresiones de género, aunque tampoco exista una a favor. Han sido espacios, brechas, caminos que se han abierto y que no podemos ignorar. Este proceso, su líder y quiénes lo apoyamos no podemos ser amarrados a la cadena simplista de la homofobia y la discriminación.
Por un lado son evidentes las profundas contradicciones internas que tiene este gobierno en el tema de la sexo-género diversidad, así como en muchos otros aspectos de su gestión, pero por el otro esas contradicciones nos implican como “habitantes” de este país, y nos involucran mucho más si somos conscientes del universo de cosas que atraviesan los procesos de transformación.
Si de lo que dijo Chávez se trata, en la famosa entrevista que un personaje público italiano le hizo al presidente cuando asistió al Festival de cine de Venecia, nuestro líder antes de enunciar la frase que fue tomada con pinzas y que lamentablemente no tiene nada de falso, expresó lo siguiente:
Entrevistador: ¿Tu que piensas sobre el matrimonio gay? ¿Yo? Igual que los venezolanos, que la mayoría de los venezolanos, que no lo vemos bien, PERO ES UN ESTADO DE OPINIÓN, es un estado de opinión, LO CUAL NO SIGNIFICA QUE ESTAMOS EN CONTRA, QUE YO ESTE EN CONTRA de lo que piensen ustedes. …Pero hay sociedades, hay sociedades, hay ideas que van madurando. […] De lo que si yo estoy en contra es de cualquier persecución a nadie, por inclinaciones sexuales […] Todos somos iguales, hay que respetar las particularidades del, del individuo, del ser humano. […] [2]

Compañer@s, viniendo de un militar llanero, esta es una postura bastante sorprendente. Analicemos pues lo que el presidente dijo, y que cada quien saque sus propias conclusiones.
Finalmente, es imposible decir que la Revolución Bolivariana a saldado la deuda histórica con las personas sexo-género diversas, es innegable los vicios adecos-copeyanos que permean la Asamblea Nacional (vieja y nueva) y como las prácticas de la IV República aún imperan en gran parte de la Estructura de Estado. Pero también es imposible ocultar los avances que se han dado en materia de sexo-género diversidad en diez años del gobierno liderado por nuestro presidente, pasos impensables en gobiernos anteriores y que han abierto los espacios para que diferentes colectivos articulemos nuestra lucha con otros movimientos y organizaciones populares.
Todavía los principios de una moral burguesa impuesta orientan el hacer de nuestro gobierno y nuestra sociedad, los colectivos, organizaciones e individualidades “activistas GLBTI” no son inocentes a esta situación y mucha complicidad tienen al desentenderse de la enorme responsabilidad que pesa sobre nuestros hombros, limitándose a mantener espacios tradicionales para las personas sexo-género diversas, fortaleciendo la visión de “gueto” y profundizando aún más el abismo que existe entre el mundo de ambiente y el resto de la sociedad. Es necesario que rompamos con esta barreras y hablemos, donde no se haya iniciado y desarrollado ya el debate, libre y conscientemente de esto. Creemos fundamental que el debate de género y diversidad se incorpore a las agendas de lucha del movimiento popular venezolano y latinoamericano, y no porque haya personas homosexuales y lesbianas que son revolucionari@s, pues no todas las personas negras, pobres y oprimidas en este mundo luchan por una sociedad distinta, sino porque es otra forma más de opresión que debemos visibilizar y destruir si de verdad queremos alcanzar una sociedad igualitaria
En décadas pasadas y latitudes lejanas los movimientos antiimperialistas y anticapitalistas estuvieron abrazados con la lucha por una sexualidad plena y soberana de nuestros pueblos, Venezuela tiene que encarnar de nuevo ese espíritu maravilloso que duerme en nuestros corazones combativos. Ya defendemos con conciencia el carácter contra-hegemónico que hemos logrado alcanzar en nuestra Revolución, ahora debemos atender el llamado que han hecho diferentes grupos feministas principalmente a avanzar y decretar el carácter anti-patriarcal de nuestro proceso bolivariano. El camino está, solo tenemos que andarlo y abrirnos paso ante las adversidades, dándonos cuenta que lo importante no son las respuestas, sino las preguntas.
Simón Hurtado
Colectivo ASGDRE (Alianza Sexo-Género Diversa Revolucionaria)
Breve Glosario de términos de la sexo-género diversidad:
Sexo/Género: Para evitar errores y confusiones, podemos diferenciar sexo y género porque aluden a cuestiones diferentes, no se los puede utilizar como sinónimos, ya que el sexo se refiere a lo biológico y el género a lo construido socia-culturalmente, a la construcción social de las diferencias sexuales (lo femenino y lo masculino).
Diversidad Sexual y de Género: termino que reconoce la existencia de una multiplicidad de vidas en la sociedad y una variedad de expresiones de género, afectivas y sexuales de y entre las personas.
LTTTIGB: Siglas con las que se engloba a la población de Lesbianas, Transexuales, Transgéneros, Transformistas, Intersexuales, Gays y Bisexuales.
Lesbiana: Mujer que siente atracción erótico-afectiva y física hacia otra mujer y que identifica como lesbiana.
Transgénero: Persona que pertenece a un sexo biológico y a otro psicológico cuya apariencia, características personales, comportamiento, actitudes y gestos trascienden las definiciones tradicionales de hombre o mujer impuestas de acuerdo al sexo con que se nace.
 Su preferencia afectiva y sexual puede ser heterosexual, bisexual u homosexual como cualquier ser human@. Sin incluir la adecuación sexual (cambio de genitales).
Transexual: Persona que se siente y se identifica con el “género contrario al que le fue asignado al nacer” requiriendo una adecuación completa del género y sexo con el cual se identifica. Su preferencia sexual, afectiva y física puede ser heterosexual, bisexual u homosexual como cualquier otra persona.
Travestí: Individuo heterosexual, homosexual o bisexual que viste ocasionalmente del sexo contrario con un propósito artístico o erótico (solo siente placer sexual vistiéndose del sexo contrario).
Transformista: Venezolanismo, persona que se transforma en otra del sexo contrario o que se convierte en quien es realmente.
Homosexual: Hombre que siente atracción afectiva, física y sexual hacia otro hombre y que se identifica como tal. Según algunos activistas, gay es el que asume políticamente su preferencia afectiva y sexual.
Bisexual: Persona que siente atracción erótica-afectiva y física tanto hacia la mujer como hacia el hombre.
Intersexual: Persona que nace con genitales completa o parcialmente pertenecientes a ambos sexos o con genitales ambiguos pocos desarrollados, o con hormonas y combinaciones químicas poco usuales. La existencia de personas intersexuales desafía la idea de que sólo existen dos sexos biológicos.


[1]  Consigna del “colectivo de varones Antipatriarcales” de Argentina