Desde que el maldito Colón
pisó tierras americanas nos volvimos trans. Eso es innegable. La
masacre colonial borró la pintura en nuestros rostros cobrizos por
un maquillaje sólo para mujeres y para “maricxs” y lxs mal
llamadxs “transfor”. La famosa arepa también es trans(génica).
Al nacer nuestro cuerpo se trans-forma, pues la farmacopolítica
invade nuestros cuerpos con una vacuna que no se como se llama y
desde ese momento cambia todo. Organismo que se sigue
trans-formandose a lo largo de la vida con la tiranía de la
heterosexualidad obligatoria, pues nadie nace heterosexual y nos
tans- “forman” en heterosexuales-. Y viene la hemorragia de
rituales para seguir trans-formándonos: muñecas, carritos,
vestiditos, pantaloncitos. Hasta cuando realizas el pesebre en
navidad en el típico acto cultural de colegio te trans-formas en
rey mago, Ángel Gabriel, en mula o en buey.
Y seguimos trans-formándonos
al tomar café, comer azúcar refinada, tomar pastillas
anticonceptivas, Viagra para una larga erección para trans-gredir la
ficción heterosexual y tirar con trans en La Libertador. Hasta el
famoso baile tradicional popular venezolano: La Burriquita es trans.
Peripecias y atavíos pintorescos que usa un hombre vestido de mujer
con falda de flores y camisas de “llanera”, con una burra de
felpa y fieltro. Hasta el saludo frío seco y distante de una
chocada de manos entre dos bio-hombres (seres humanos con penes,
testículos en medio de las piernas) se trans-forma en el campo de
beisbol cuando el homoerotismo se hace notar en esas agarradas de
culo que se dan los peloteros ¡Vaya ! me sorprendo lo tras que somos
y cuan miopes también.
Miopía política con aditivos
morales. Miopía que cree en una “Trans-formación” pero que
avala con complicidad los mandatos coloniales de la cristiandad
heteropatrial. Y es que no hay Revolución sin Trans-formación. Lxs
Marginadxs sin remedios, víctima de la canallada moral y de quienes
ponen las nalgas en los curules de la Asamblea Nacional resisten sin
identidades, sin ser reconocidxs como seres. Hay oídos sordos y una
corpo-política bolivariana que padece de ataraxia, una especie de
síndrome de la “no perturbación” ante quienes piden tener
soberanía sobre sus cuerpos, sobre, sobre sus vidas no autorizadas.
En el mes del orgullo trans seguimos trans-sitando en el pantanoso
terreno de la moral transfobia de Estado.
Max-Queer.
¿Qué pasaría si Max-Steel fuese Queer-trans-maricx?
¿Qué pasaría si ese famoso soldado, el neo-Rambo de "nuestra generación", el que reproduce todos los mandatos del iron-man, mercenario, blanco, "heterosexual". Encarnación en plástico del Marine gringo, casco azul, bread-winer se colocara ropa de mujer y que además, fuese un objeto de deseo para lxs niñxs que le piden al niñx Jesús en Navidad?
Querido niño Jesús. Quiero para esta navidad un Max-Queer.
PD: Seguro que tú,el hijo de Dios que todo lo puedes, tienes un Max-Queer y no lo comparte